Mi hogar

Dicen que las almas no se reconocen por las apariencias
sino por las vibraciones, y es que capaz
estamos conectando en la misma frecuencia de lo hermoso, lo inevitable: El amor

Y es que entre tanta gente la primera mirada te las regalan mis
pupilas que reconocen tus ojos desde la distancia, donde estés. Te siento.
Te conecto y te encuentro.
Siento que me florece el alma y mi corazón en pleno invierno.

Me tiemblan las piernas y se me entumecen las manos
el poder que tiene tu presencia en mi es mágicamente trágica.
Me sonreís y todo en un segundo se apaga, deja de moverse, queda en silencio
y vuelvo a la vida cuando me besas dulce, suave y lento.

Que lindo mi amor coincidir en esta vida  te dice todo mi cuerpo
que un segundo atrás era frío y contigo tiene sabor a hogar.
Pidiendo a gritos que no me sueltes nunca, que me abrigues
y conviertas todo mi ser en un lugar para quedarse a vivir.

Ojalá siempre

Quiero que hagas los planes que te apetezcan, que sonrías
mucho, que compartas cosas con tus amistades, que te
pongas esa camiseta que le parece fea a todo el mundo si a
ti te gusta. Que entre los dos decidamos a qué país viajar,
y que con una mochila pequeña nos sobre. Que descubras
canciones conmigo. En verano. Hasta sabe dios qué hora.
Que no te falten camas y prefieras mi sofá.

Quiero que vivas sobre todo por ti, sin tener que morir por mi.
Ni por nadie. Que ninguno pierda la guerra y luchemos los dos.
En el suelo de la cocina haciendo el amor. Que no necesitemos
fechas para acordarnos de todo.

Y no quiero que seas de mi propiedad, pero ojalá tengas
ganas de verme muchas veces. Y aparezcas aunque no me
avises. Que me beses, aunque no te lo pida. Y sobre todo
que nos respetemos, hasta que nos queden ganas de querernos
Ojalá siempre.




Del Libro "Cuando abras el paracaídas"
de Defreds Jose A. Gomez Iglesias